jueves, 9 de abril de 2015

"El Cuarto Estado" de Giuseppe Pellizza da Volpedo

En el último tercio del siglo XIX se conjuga una variedad ingente de experimentación artística que dará lugar a nuevos movimientos opuestos a lo estrictamente académico. Es un momento convulso en la historia y queda reflejado en el arte. En estos momentos la revolución industrial está en pleno apogeo, en las ciudades se necesita mano de obra barata y supone una oportunidad de empleo para gentes provenientes del medio rural que huían de la precariedad de la vida en el entorno agrario. 

El Divisionismo italiano es un movimiento paralelo al Puntillismo que se caracteriza por la yuxtaposición de los colores puros buscando que interactúen dentro de la retina del espectador ya que, vistos a una cierta distancia, se fusionan creando sus combinaciones, en lugar de mezclar los pigmentos directamente en la paleta; todo esto se asienta gracias al análisis cromático de Giacomo Balla. Georges Seurat fue una las figuras más representativas del Puntillismo, aunque sus cuadros no lograban una mezcla óptica verdadera, ya que buscaba causar vibraciones de color pero manteniendo la identidad individual de cada uno de ellos. 

Sin embargo, pintores divisionistas como Giuseppe Pellizza sí lo hacen, plasmando además en sus obras el pensamiento y la realidad del momento. Aunque se formó en diferentes Academias artísticas (Milán, Roma, Florencia, Bérgamo o Génova), Pellizza es conocido por la obra más importante del DivisionismoIl Quarto Statto (El Cuarto Estado), pintada entre 1898 y 1901, es una obra de grandes dimensiones (293 x 545 cm) donde el artista al mismo tiempo refleja la sociedad de la época y dota de gran importancia al estudio de la luz natural y la pintura al aire libre.

Pelliza invirtió en él cerca de tres años, fruto de la constante reflexión en la creación del cuadro logra captar la esencia del ideal de la lucha social. En ese madurar de la representación le precederían Embajadores del hambre (1891-1892), donde el concepto de la lucha de clases queda retratado, y Fiumana (1895) donde además ya se vislumbra la obra posterior; queda claro lo que busca trasmitir en estas obras a lo largo de todo el proceso y que quedará culminado en esta obra. 

El autor nos presenta a un grupo de trabajadores en la plaza del pueblo, caminando hacia el espectador. A la vanguardia tres personajes, dos hombres y una mujer que porta a un niño pequeño en sus brazos. Los dos hombres tienen semblante serio y sereno, con la mirada fija en sus objetivos, avanzando hacia su futuro, en sentido literal y metafórico, está ahí y les está esperando, respaldados por aquellos que les siguen por detrás. La división tripartita de la Sociedad Estamental (Nobleza, Clero y Tercer Estado) se rompe y se divide el pueblo llano entre burguesía y proletariado. El trabajador asalariado se hace consciente de su papel y de su poder. Su aspecto es totalmente rural, la indumentaria, los tocados y sombreros, el fondo del paisaje que se atisba, incluso la luz que les rodea. 

Fue denominado en un primer momento como Cammino dei lavoratori (El camino de los trabajadores). La palabra italiana cammino pudo ser utilizada con un sentido metafórico como desarrollo, como el progreso de los trabajadores. Según palabras del autor, recogidas por la Associazione de Pellizza da Volpedo, cuando gestaba esta serie de obras reflexionó: Estamos en un pueblo de campo, son casi las diez y media de una mañana de verano, dos campesinos avanzan hacia el observador, ambos representantes de las personas que vienen detrás, para interceder ante el señor de la hacienda por una causa común (...). Son humildes, sus casas son miserables, sus ropas son toscas, repletas de remiendos, son reales. Bertolucci supo ver esa realidad: inicia con la imagen del cuadro su paseo por Novecento y durante la película retrata constantemente esa concienciación que Pelliza plasma tan genialmente: todos fraternalmente unidos, hermanados, son todos uno luchando por un objetivo común, avanzan hacia el futuro de los trabajadores con conciencia de clase.

Salvo excepciones, el 1 de Mayo se celebra a nivel mundial. Se estableció en 1889, como conmemoración a los Mártires de Chicago, sindicalistas ejecutados en EEUU tras su participación en la reivindicación de la jornada de 8 horas: una huelga iniciada el día 1 de Mayo de 1886 que tendría su punto álgido en el parque de Haymarket el día 4, conocido como la revuelta de Haymarket. 

El 1º de Mayo es nuestra celebración como trabajadores. Que no nos arrebaten ese orgullo.



Morán del Río, Mireia (2014): ""El Cuarto Estado" de Giuseppe Pellizza da Volpedo", Revista 'Estudios y Cultura' nº 61, Mayo 2014, publicada por Fundación 1º de Mayo, p. 47-48.



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